TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA
Desde hace algún tiempo estamos asistiendo a una avalancha de cambios normativos que están modificando el panorama educativo en nuestro país. Para hablar de este tema vamos a entrevistar a Llum Sabater, maestra del colegio Rajoletes. Buenos días, Llum.
Bon dia.
Llum es miembro del Movimiento de Renovación Pedagógica, ex representante por el STE-PV en la Junta de Personal de Alicante, miembro del Consejo Escolar Municipal, militante en la lucha por la igualdad de la mujer, promotora de iniciativas ligadas a la difusión de la lectura... ¿Se me olvida algo importante, Llum?
No. Tot és treball.
Llum, desde que el Partido Popular ha tomado posesión en el gobierno central y después de la remodelación del equipo de la Conselleria de Educación tras el cambio de gobierno en la Generalitat Valenciana, se han producido una serie de cambios importantes y otros que se anuncian. ¿Cuáles crees tú que son los principales retos, oportunidades y amenazas a los que se enfrenta la comunidad educativa en estos momentos?
Los retos los tenemos nosotros. Depende de cada escuela, de los maestros, de la coordinación máxima entre padres y madres, a pesar de los inconvenientes que nos ponga cada vez más este nuevo modelo de educación. Por otra parte, como la sociedad y el sistema educativo están tan amenazados, creemos que tenemos que defender aquella escuela que queremos, una escuela basada en unos principios de igualdad, respeto, tolerancia, no sexista, afectiva y totalmente igualitaria para todos.
Y tú crees que estas condiciones que estamos viviendo, ¿responden únicamente a un ajuste motivado por las condiciones económicas que padecemos o, como dicen algunos, se están aprovechando las circunstancias para introducir un sesgo ideológico en las reformas educativas?
El gobierno actual lo hace totalmente siendo consciente de principios ideológicos. Para ellos, la escuela de calidad es aquella que tiene mayores rendimientos económicos, rendimientos académicos, por lo tanto, no tiene en cuenta las capacidades de cada uno de ellos. Entonces, en principio, por criterios ideológicos y después, por criterios económicos.
Entrando ya en materia propiamente pedagógica, ¿crees que la escuela es un espacio de libertad, un ámbito de formación de ciudadanos críticos o, por contra, es un instrumento de dominación de clase y adiestramiento de futuros trabajadores sumisos o de parados resignados?
Sigo creyendo que la escuela tiene que ser un espacio de libertad, donde predominen los valores, como he dicho antes, de tolerancia, respeto, libertad... Para ser críticos con la sociedad, la escuela no puede ser neutral. Tenemos que tomar medidas para que sean ciudadanos libres y críticos. ¿De qué manera podemos educar a esta ciudadanía si nosotros no somos críticos con la sociedad en la que vivimos?
¿Cuáles son, entonces, la alternativas que existen en estos momentos? ¿Cuáles son las condiciones que deben cumplirse para llevarse a cabo?
Las alternativas dependen de nosotros. En primer lugar, hablamos de lo positivo. No podemos decir a todo que sí, asumir todo lo que nos dicen. Dentro de un marco legal tenemos que tener el máximo poder de decisión, es decir, estar informados y poder decidir colectivamente. Tomar decisiones en todo aquello que afecte a la vida de la escuela.
Por otra parte, de acuerdo al momento actual, ya que la nueva ley tiende a una jerarquización cada vez más vertical y los colectivos no tenemos ese poder decisión, tenemos que animar desde dentro de la escuela. Primero, valorar a cada uno como es, al equipo docente. Y en segundo lugar, promover, animar, estimular equipos de trabajo, cuestionando nuestras propias prácticas, reflexionando sobre ellas y participar en proyectos colectivos. Esa es la escuela viva y que va creciendo día a día.
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