Una vez más los miembros del grupo Txukutxú nos hemos ido de excursión y esta vez con la intención de conocer uno de los lugares más pintorescos de la geografía alicantina: la Ruta de los Acantilados, entre las costas de Moraira y Benitatxell. La iniciativa y la guía han correspondido en esta ocasión a Gemma y a David, que se han ocupado de elaborar un dossier informativo y de dirigir la expedición.
La ruta propiamente dicha discurre entre la Cala Llebeig -a la que accedimos a través del Barranco de la Viuda- y la Cala Moraig, a través de un sendero a 50m de altura y que se extiende a lo largo de las escarpaduras de los acantilados que se abaten abruptamente sobre el mar, tal como se puede observar en la imagen que sirve de entrada a este post.
Se trata de un itinerario de alto valor paisajístico y con un contenido multidisciplinar que afecta áreas tales como la botánica, la geología, la historia o la antropología. Los conocimientos adquiridos en ediciones anteriores del curso pudimos aplicarlos aquí en una nueva situación de aprendizaje.
Así, pasamos de una vegetación propia de un barranco en el que crece una maquia mediterránea profusa y abundante a otra sometida a un estrés hídrico importante, una fuerte insolación, un relieve casi vertical y a la acción del mar. Estepas, coscojas, pinos, zarzas... en el barranco; romeros y palmitos, por todos lados; y algarrobos e higueras en los sitios más inhóspitos.
Los amantes de la geología encuentran aquí un paraíso para los ojos. Alternancias, discordancias, depósitos, pliegues, procesos erosivos, tectónica, fallas, dinámicas marinas... Entre estos fenómenos destaca por su espectacularidad la falla del Moraig y la Cova dels Arcs, también en la Cala Moraig.
Desde el punto de vista histórico, podemos hacer un recorrido desde finales del medievo y la edad moderna, con la torre del Cap d'Or a la vista, hasta episodios recientes de contrabando del que quedan vestigios en las cuevas que salpican el litoral y en el cuartel de la guardia civil sito en la Cala Llebeig. No es difícil imaginar estas tierras visitadas por piratas y contrabandistas.
Para acabar, un buen arroz y una ensalada espectacular con productos de la zona . La compañía, como siempre, lo mejor.
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